Capitulo 2: Vivir... Una locura
En este caso las palabras de un psiquiatra en una entrevista de tv me motivaron para poder expresarme brevemente sobre esto.
Mi definición de locura favorita siempre fue, la de realizar el mismo procedimiento repetidas veces, esperando obtener resultados diferentes, es algo gracioso, no? Quien no se habrá preguntado cientos de veces lo mismo, esperando una respuesta mas conveniente.
Pero el otro día escuche algo muy interesante, un psiquiatra dijo en televisión, que se considera “loco” al individuo socialmente inadaptado que no logra ser eficiente en el entorno en el que se desarrolla. Algo que sin ni siquiera procesarlo alevosamente hace referencia al proceso NORMALIZACION. Esta definición condena a un individuo, tildándolo de insano mentalmente, no por vivir en otra realidad, tal ves creada por su propia imaginación, sino que con solo no aceptar las normas sociales y decidir no convertirse en un esclavo productor del sistema es suficiente para diagnosticarle un cuadro de locura.
El contraste es impactante, alguien que mantiene su cabeza gacha atemorizado porque la “vida” (alias Sociedad-Injusta) le quite todo, ya sea poco o mucho, es un ser completamente sano. Sano? Es alguien que vive en el terror absoluto por el miedo a perder su posicionamiento en la escala social, ya sea porque eso le traería consecuencias físicas (desnutrición, enfermedad, muerte) o en un caso mucho menos racional, las comodidades que el dinero puede brindar.
Yéndome un poco del tema central, aprovecho para comentar lo atemorianzate que me resulta lo ensañada que puede llegar a estar la sociedad dentro de la mente de las personas. La importancia que se le puede dar a cosas realmente carentes de valor, como es el caso de un fin de semana. Mucha gente vive desesperada por la llegada de esas 48hs (o menos) en las que pueden hacer aquel acto social que los pone en la cúspide de felicidad (falsa felicidad), no me refiero a aquel trabajador que dedica el tiempo para descansar con su familia o tal vez visitar un parque, ni aquel que ve ese momento como un pequeño espacio ante la sofocante presión de su vida. Sino a la clase de… Normalizados que ven en la salida nocturna una obligación, cuya pena por no cumplirla es sumergirse en una profunda depresión.
Mi definición de locura favorita siempre fue, la de realizar el mismo procedimiento repetidas veces, esperando obtener resultados diferentes, es algo gracioso, no? Quien no se habrá preguntado cientos de veces lo mismo, esperando una respuesta mas conveniente.
Pero el otro día escuche algo muy interesante, un psiquiatra dijo en televisión, que se considera “loco” al individuo socialmente inadaptado que no logra ser eficiente en el entorno en el que se desarrolla. Algo que sin ni siquiera procesarlo alevosamente hace referencia al proceso NORMALIZACION. Esta definición condena a un individuo, tildándolo de insano mentalmente, no por vivir en otra realidad, tal ves creada por su propia imaginación, sino que con solo no aceptar las normas sociales y decidir no convertirse en un esclavo productor del sistema es suficiente para diagnosticarle un cuadro de locura.
El contraste es impactante, alguien que mantiene su cabeza gacha atemorizado porque la “vida” (alias Sociedad-Injusta) le quite todo, ya sea poco o mucho, es un ser completamente sano. Sano? Es alguien que vive en el terror absoluto por el miedo a perder su posicionamiento en la escala social, ya sea porque eso le traería consecuencias físicas (desnutrición, enfermedad, muerte) o en un caso mucho menos racional, las comodidades que el dinero puede brindar.
Yéndome un poco del tema central, aprovecho para comentar lo atemorianzate que me resulta lo ensañada que puede llegar a estar la sociedad dentro de la mente de las personas. La importancia que se le puede dar a cosas realmente carentes de valor, como es el caso de un fin de semana. Mucha gente vive desesperada por la llegada de esas 48hs (o menos) en las que pueden hacer aquel acto social que los pone en la cúspide de felicidad (falsa felicidad), no me refiero a aquel trabajador que dedica el tiempo para descansar con su familia o tal vez visitar un parque, ni aquel que ve ese momento como un pequeño espacio ante la sofocante presión de su vida. Sino a la clase de… Normalizados que ven en la salida nocturna una obligación, cuya pena por no cumplirla es sumergirse en una profunda depresión.
